Militarización de Cajamarca es solo alarmismo

Sorprendentes declaraciones del monseñor Salvador Piñeiro sobre el conflicto más delicado que enfrenta el gobierno de Ollanta Humala. Asegura, además, que no ha visto ningún exceso de la policía o de las fuerzas del orden en la última década. Y, sin embrago, la Defensoría del Pueblo señala que tan solo en los últimos cinco años hubo 195 muertos y 2,312 heridos entre civiles y uniformados, como resultado de los conflictos sociales.

Salvador José Miguel Piñeiro García Calderón es el actual presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y es arzobispo de Ayacucho. Sus polémicas declaraciones parten por considerar que la militarización de Cajamarca corresponde, simplemente, a voces alarmistas. La pregunta es: ¿Qué hacen soldados preparados para la guerra en una ciudad de civiles?

En declaraciones exclusivas a la revista Con Sentido, Salvador Piñeiro hace una cerrada defensa al polémico cardenal Juan Luis Cipriani, nos asegura que “la prensa lo interpreta como que es virulento agresivo, pero yo creo que él siempre ha sido deportista y fue ganador, entonces le gusta que sus opiniones se escuchen y se atiendan”. También nos dice que el ex arzobispo de Ayacucho tuvo un antes y un después luego de pasar por tierras huamanguinas. Sin embargo, no hace lo mismo con el ex sacerdote Marco Arana.

¿Cómo se dio su elección en la conferencia episcopal?

No hay candidatos… Todos los obispos están en esa posibilidad, todos los obispos son candidatos a ser presidentes porque este es un encargo de la Conferencia Episcopal para coordinar los trabajos, programar las actividades de la iglesia en el Perú. Como lo dije cuando me eligieron mis hermanos obispos tiene mucho honor, pero también buena carga, porque es representar a los pastores de la iglesia y, yo, quisiera estar en todos los sitios, pero a veces no es tan fácil. También lo vi esto como un honor y reconocimiento a Ayacucho esta querida iglesia que ha pasado horas difíciles. 

¿Cuál es el rumbo que adoptará la Conferencia Episcopal con usted al mando?

Me toca la parte interior de la Conferencia, estamos organizándonos para que los trabajos sean más efectivos, un poco también, al mismo ritmo, de la Conferencia Episcopal Latinoamericana. Antes había muchas comisiones, muchas reuniones, en cambio ahora queremos unir esfuerzos para hacer una presencia con mayor dinamismo, con mayor cercanía, alejando esa burocracia que a veces nos confunde, una iglesia pues al servicio de los hermanos con sencillez, con pobreza, yo no tengo ninguna fuerza material solamente la fuerza del evangelio que es una fuerza moral que lleva a la conversión de corazones. Ayudar, también, a la transformación social de nuestra patria, por eso la iglesia experta en humanidad en los temas de familia, educación y salud tenemos que estar presentes, lo hemos hecho desde nuestra convicción de caridad. Y hoy, también, lo hacemos con tanta urgencia, porque vemos que hay todavía muchos pobres, muchas zonas abandonadas y ante la aparición de conflictos son nuevos desafíos, entonces también ser la iglesia el vehículo que llama a la comunicación, al dialogo y a poner espacios, lugares para la concertación, por qué entre los peruanos debe haber enfrentamientos, lo más hermoso son los entendimientos. Esto es la riqueza de la democracia, podemos ver las cosas desde distintos ángulos de vista. Pero nunca con discordia en el corazón. 

Muchas personas consideraban inapropiado que la iglesia intervenga en los temas políticos, sin embargo, su participación con Monseñor Bambarén ha servido a resolver problemas que el gobierno no ha logrado resolverlo. ¿Cuál es su opinión sobre el conflicto en Cajamarca a raíz del proyecto Conga?

Estamos a la espera de los resultados de los peritos. Me hubiera gustado que en este peritaje también hubieran intervenido de ambas partes, pero bueno el Estado eligió a estos peritos internaciones, vamos a escuchar su veredicto, por qué tenemos que ir con prejuicios, solevantando al pueblo para que se rechace y no se acepte, primero vamos a escuchar, vamos a estudiar es una propuesta. 

El Cardenal Cipriani no coincide con estas apreciaciones. Él cree que la solución debe ser represiva en todos los casos, es decir, que se debe respetar el proceder de la policía y de los militares, sean cuan sean las consecuencias. ¿Usted opina igual?

Yo he sido diez años (…) No me preguntes de lo que opine el otro, pregúntame de lo mío.  Yo respondo por mí, no por lo que ha dicho otro. Yo he sido obispo militar diez años y he visto con que dedicación se forma el soldado y policía, es una vocación. A veces no lo entendemos porque no lo conocemos, yo he seguido todos sus procesos, su formación. Hoy día ya no hay un servicio militar obligatorio. Entonces las Fuerzas Armadas tienen que blindar las bondades de este servicio y los preparan en peruanidad para defender también el orden social. Nuestra policía cuando falla alguno, hay una prensa que lo masacra, en cambio cuando yo me encuentro 600 policías que consagran sus domingos para que podamos los limeños ir a la playa con seguridad o me los encuentro en el puesto Perú en la frontera con el Ecuador, seis o siete meses, cuidando nuestra patria, eso sí no lo reconocemos. Yo valoro muchísimo y aprecio el trabajo de ellos y todos queremos democracia, todos queremos vivir en libertad, y esto es posible porque hay alguien que nos da seguridad y son las Fuerzas Armada y la Policía Nacional. Estoy segurísimo que respetan los derechos humanos, que no se denigra al soldado, que, si ha habido algún exceso yo, desde el 2001, que he sido obispo militar, no he visto. 

¿El presidente Humala o algún representante del gobierno le ha solicitado cumplir el papel de mediador en el conflicto de Cajamarca, en su condición de presidente de la Conferencia Episcopal peruana? 

No he recibido… pero sí nos hemos ofrecido, la Conferencia Episcopal en mi persona y el Defensor del Pueblo. Porque claro, nos llaman nos llegan noticias de que se está militarizando las zonas, de que hay protestas que van a violentar la propiedad privada, siempre no faltan voces alarmistas y hay que escuchar y hay que dar serenidad y buscar caminos de conciliación y paz.

-Entonces aceptaría si lo hacen-… 

Sí… yo tenía que hacer un viaje en estos días, pero he tenido que cancelarlo porque primero es mi patria. 

El secuestro de trabajadores del consorcio Camisea… qué opinión le merece. 

Una tremenda injusticia, por eso yo estoy apelando, a través de los medios de comunicación, para que los que han hecho este acto delictivo que es privar la libertad a unos trabajadores, a unos hijos del Perú, recapaciten, que los dejen salir en libertad, y que ellos también depongan estas armas de violencia, después no se quejen de la represión… Todos tenemos derechos, y mis derechos terminan donde comienzan los derechos del otro. Y hay que cuidar también nuestros deberes, y mi deber es trabajar por el Perú. Mi deber es buscar el dialogo, el entendimiento. 

¿Cuál es el rol que podría tener la Iglesia Católica en los conflictos sociales en la actualidad?

Yo pienso que la iglesia podría ser la gran facilitadora, crear ambientes y espacios donde podamos encontrarnos. Mi mesa, mi casa es para acoger a todos, para conversar, dialogar, intercambiar puntos de vista. Yo no tengo otra fuerza que la moral y la fuerza moral es la conversión de los corazones para que anhelen la verdad, busquen el bien y que llenos de ese espíritu de Dios transformemos la sociedad 

Respecto a la CVR, el premier Óscar Valdés dijo haces algunos meses que en las sesiones de la CVR hubo mucha teatralización. ¿Cuál es su reflexión sobre esto?

Yo creo que es una fuente de información, ha sido un estudio serio, por allí he escuchado de que algunos no han sido invitados, entonces como que ha habido una lectura sesgada de un sector. Por eso yo respeto que esta comisión, que ha trabajado seriamente, estimo muchísimo al doctor Salomón Lerner, pero si algunos otros también nos pueden dar informaciones que enriquezcan este documento bienvenido. 

¿Cuál sería el aporte de la iglesia para enriquecer las conclusiones de la CVR? 

Que algunos representantes de la iglesia que en esos momentos estaban en el trabajo de la iglesia que no fueron interrogados y no recibieron sus informes que también los aporten. 

El padre Marco Arana, sacerdote suspendido en sus funciones, ha ejercido una suerte de lucha social a favor del medio ambiente y en contra de las minerías… ¿qué opinión le merece ser partícipe de la política y religión? 

Lamentablemente él, por orden disciplinario del obispo de Cajamarca, está suspendido de sus funciones sacerdotales y no puede ejercer el orden sacerdotal, y claro que tiene una figura relevante en Cajamarca porque dirige alguna ONG con toda esta preocupación ambientalista. A pesar de que se olvide que el sacerdote, por nuestra vocación, por nuestra misión es un hombre de comunidad, de unión. No podemos llevar a las personas a enfrentamientos a discordias, a des unión, sino entramos en este espiral violentista que no es nuestra vocación cristiana, Cristo no quiere ni la injusticia ni la violencia, también el evangelio es un camino de paz, de construcción y de comunidad. 

Mucha gente ha decidido apartarse de la religión debido a las posiciones nada ortodoxas del cardenal Cipriano, su postura ultra conservadora ha apartado a muchos feligreses de la religión católica. ¿Alguna vez ha hablado usted de estos temas con el Cardenal? ¿O entre los obispos ha habido alguna idea por pedirle al Cardenal moderación en su comportamiento? Incluso, en Ayacucho no es bien recordado…

Yo no estuve en Ayacucho en los años difíciles y sé que a mi hermano el cardenal le tocaron pues épocas de conflicto había los apagones, pasaban por esta casa y proclamaban insultos. Claro ya después de mucho tiempo hacer interpretaciones no es fácil, pero sé que tuvo una intervención en nombre de la iglesia buscando la paz, la conciliación y guiando por el mejor camino. 

Yo por mi estilo de trabajo me gusta mucho la cercanía con el pueblo, yo toda mi vida he sido párroco, entonces el párroco tiene que estar muy cerca del pueblo, el párroco tiene que estar acompañando sus necesidades, programando actividades. Hay otros estilos de trabajo como puede ser el académico, el que siempre ha estado en la universidad, en la docencia, también en la vida de la iglesia hay estilos, hay maneras de trabajar, como también estos estilos se enriquecen, unos pueden sobre salir más en la parte del discurso, de exposición académica, otros preferimos estar en la brega con el pueblo acompañando en sus faenas en sus trabajos. 

-Padre, no me respondió si conversó o no con el cardenal Cipriani sobre la moderación en sus actitudes y comportamientos…-

A veces al cardenal la prensa lo interpreta como que es virulento agresivo, yo creo que él siempre ha sido deportista y fue ganador, entonces le gusta que sus opiniones se escuchen se atiendan, yo no he sido deportista, tengo otra manera de presentar los mensajes. 

Además, en las reuniones hemos conversado siempre, como digo son estilos modos, unos lo interpretan acentuando ciertos aspectos y otros los vemos desde otro ángulo. 

Acaban de firman un acuerdo de convenio con el Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) cuéntenos al respecto…

Si… Es un acuerdo muy interesante porque la iglesia entre sus tareas es la pastoral carcelaria, aquí esta clarito en el evangelio “estuve en la cárcel y me viniste a ver”. Entonces en todas las diócesis, como en Ayacucho, hay un grupo, que aquí lo preside la religiosa tan querida madre Covadonga, visita las cárceles, acompaña a los presos, les da ayuda psicológica, en trabajos en cuidar el seguimiento de sus procesos judiciales, entonces en todas las cárceles hay siempre un grupo de pastoral y hemos renovado este contrato que ya lo teníamos en nombre de la iglesia, para que se den facilidades y podamos llevar adelante este trabajo de atención a las cárceles. Firmado con mucha satisfacción porque conozco de cerca el problema carcelario. 

Aquí, en Ayacucho, la cárcel tiene capacidad para 600 presos y hay 2,600. El sábado antes de Semana Santa he ido, he estado toda la mañana en la cárcel, les he entregado a cada preso su catecismo, algunos con indiferencia y otros con gran acogida, porque tenemos que acompañar a ese rostro de Cristo que sufre en la cárcel. Yo no voy a preguntarle porque estás allí sino a darle la mano amiga, el saludo fraterno ayudarlo, porque el peor castigo es estar sin libertad. Hemos renovado el convenio que nos da facilidades para que se siga manteniendo esa preocupación de la iglesia por los encarcelados 

El gobierno tiene la idea de aumentar las cárceles como una manera de represión, es una opción que el Estado debería encaminarlo o se deberían adoptar otras medidas como mejorar la salud, educación y mayores oportunidades… 

Yo creo que hay casos que requieren pues el internamiento, un delincuente que persiste en el mal, también, la sociedad debe defenderse, pero la cárcel debería ser un lugar de re educación. A mí me gusta mucho el pensamiento de San Agustín que es tan antiguo: la penitencia la pena de vida por tu culpa debe ser medicina. Que medicina vamos a poder dar en unos lugares donde no hay centros de capacitación, no hay recursos para la educación, por eso el Estado, yo sé que es un presupuesto difícil, ojala avancemos un 40% en esta temporada, pero hay que rehabilitar al preso, yo he visitado la mayoría de cárceles en el Perú, los diez años que he sido obispó militar, iba al lugar, y si había un preso policía o militar, lo visitaba y me he encontrado siempre con el mismo problema: presos asinados, muy lenta la administración de la justicia, lejos de sus familias, con pocas facilidades de trabajo, debemos preocuparnos más por los presos. 

En el caso de la Universidad Católica la percepción general es que pareciera que existe un interés económico y político de parte del Cardenal, de allí su interés por controlar dicha casa de estudios. ¿Cómo evalúa usted este conflicto? O Cómo debería manejarse. ¿Cree que el Cardenal manejó bien el problema?

Me da mucha pena que haya habido un retroceso, esperábamos que ayer ya se arreglara. Como esto lo está manejando a nivel de nunciatura no tengo los datos, pero yo vuelvo a reafírmame lo que he dicho siempre: la iglesia no está detrás de los bienes económicos de la universidad, una institución que ha nacido en el corazón de la iglesia donde ha habido la ayuda de varios benefactores, de tantas personas que han dado sus bienes y también su trabajo, hay que cuidar, y lo único que pedimos es que haya un comité que cuide los bienes de la universidad, no porque desconfiemos de la actual administración, sino que siempre la normativa tiene que ser para largo plazo, no tenemos duda de que aquí haya habido malos manejos, de ninguna manera. Queremos normar como toda institución de la iglesia que se cuiden y se protejan los bienes. 

Finalmente, ¿habrá la posibilidad de que el Papa llegue al Perú en los próximos años?

Lo acabo de invitar en México, le dije santidad lo queremos mucho en el Perú, lo invitamos para que también esté con nosotros, me sonrió.

Es difícil acaba de cumplir 85 años, bastante con que nos haya saludado en México a toda América. Una reunión muy bonita con los obispos los presidentes de las 21 conferencias episcopales de América, nos reunió para darnos un mensaje por el bicentenario del grito libertario de nuestros pueblos que comenzaron en México, así como la iglesia acompañó en la gestación de las nuevas republicas, después de 200 años hay nuevos desafíos, nuevos problemas, la iglesia también debe de acompañar a estos pueblos de América, donde la mayoría hablamos el lenguaje de Cervantes y sobre todo creemos en Jesús, si hay que hay algo que nos identifica en América del negro, del blanco, del Indio y del Chino, es que creemos en Jesús que todos los pueblos de América honramos a María, es un continente de fe, de esperanza, y no se diga Ayacucho, y mira qué bonito: aquí se sello la independencia americana, aquí como cantamos en el himno de Huamanga “el grito se hizo libertad” entonces los hijos de la iglesia tenemos que también aportar después de 200 años de este camino de América, de esperanza, justicia que haya más fraternidad que se alejen los odios, que verdaderamente nos sintamos hermanos en Cristo.

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