Mar de ilusiones a los 19
Ahí estaba ese precioso mar. Estoy segura que ningún ser sobre la tierra podría resistirse a su encanto una vez que lo viera, pero también ninguno podría ver el peligro que esconde hasta que alguien se arriesgue a morir en el intento, en este caso fui yo.
Estaba parada cerca de la orilla del tan atractivo mar, mi conciencia gritaba una y mil veces "aléjate, no mueras, pues te amo tanto". Por otro lado, estaban mis fieles compañeros de tan grato viaje realizado en mis 19 años de existencia y replicaban en conjunto, "no saldrás viva, tu corazón será desgarrado"; ¿qué podía hacer un alma inocente como la mía?
Cada paso me aceleraba el corazón y ya quería sumergirme en las profundidades del supuesto amor, era consciente de la posibilidad de ser una víctima más. Sin embargo, solo me dejé caer en la trampa mortal, me sumergí en el precioso espejo que reflejaba amor real.
Al inicio todo era deleitoso, podía oír el sobresalto en cada latido de mi corazón y, también, sentir, a la vez, como dulce masaje las olas que recaían sobre mi cuerpo ya desvanecido en tal dulce capa. Pero, de pronto, no podía tocar la profundidad donde supuestamente se hallaba el amor, porque, en mitad de ese delirante sentimiento, mi corazón fue desgarrado sin compasión.
Entonces, me percaté que era una víctima más del supuesto “mar del amor” que terminó siendo un mar de cuchillos filudos de ilusión.
Escribe: Gabriela Catalina Villavicencio Guerra.
Foto: poemas, esencia del alma.
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