Necesitamos devolver la confianza al ciudadano


La lamentable situación de salud que el gobernador regional de Ayacucho tiene, demuestra -entre otras cosas- que las acciones emprendidas para enfrentar el COVID-19 han sido deficientes (incluye alcaldes metropolitanos).

El sistema de salud ha colapsado, no se ha previsto la dotación de oxígeno, de camas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), hay problemas de personal y un “Comando COVID” ninguneado.

Que la primera autoridad regional deba ser trasladado a Lima es necesario, porque se trata de un ser humano, como muchos otros casos. Sin embargo, demuestra que acá hay un problema que no se soluciona con solicitar la prolongación de la cuarentena o del toque de queda; sino de tener una mirada multidimensional que hasta la fecha se carece.

En mi opinión, que el gobernador haya desistido ser trasladado a Lima hace unos días fue una decisión política errada; pues si bien la población cuestionaba ese "privilegio", se trata de una vida. Ahora, no solo será trasladado, sino que se consuma lo que él y sus allegados querían evitar, el reclamo de la población.

¿Qué hacer?
  • Primero, dejar el juego político si se trata de salud y dejar de pensar que el COVID-19 solo es un problema de salud pública. Los efectos de esta pandemia han calado en otras dimensiones (economía, agricultura, conducta social, educación, etc.).
  • Segundo, sincerar las cosas, y eso necesita de datos y data; algo que advertíamos y demandábamos desde el inicio de esta gestión.
  • Tercero, planificar y prospectar. Mirar qué hacer hoy y cómo prevenir escenarios futuros más allá de la salud.
  • Cuarto, hacer que la gente mire y confíe en las autoridades y sus decisiones. Pero como esto es muy difícil desde los alcaldes y el GORE, es necesario que los otros actores públicos (entidades, sociedad civil, colegios profesionales, frente de defensa, clubes de madres, etc.) asuman el liderazgo, rayen la cancha y salgan al frente con un plan de acción claro, específico, en el cual los alcaldes y el gobernador o gobernadora encargada, hagan su parte, su tarea.
Es hora de que los ciudadanos vuelvan a ver acciones coordinadas, trabajo en equipo, un solo objetivo y se alineen a eso. No pretendamos que las personas vuelvan a sus casas y/o mantengan una distancia social por el solo hecho de decirlo si no damos el ejemplo.

Este problema es básicamente metropolitano; 8/10 infectados de la región están en la ciudad de Huamanga; si consideramos la densidad poblacional, en la ciudad hay 1 infectado por cada 93 personas, y en el cercado 1 por cada 60 (Huanta provincia tiene 1/500 y Huanta ciudad 1/250).

Esperemos que la salud del gobernador Carlos Rúa mejore y que esta mejoría llame a la reflexión a sus incondicionales para que dejen sus intereses privados de lado y trabajen para el pueblo, que para eso fueron electos.

Escribe: Lincoln Onofre, politólogo. 

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